Desde diario dun neno labrego nos gusta hacernos eco de proyectos, acciones o cualquier otro recurso que vaya en favor de fomentar una agricultura mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Desde la libertad que nos da que el contenido publicado en este blog no sea patrocinado y que sólo invitamos a aquellas personas o proyectos que nos parecen interesantes y que van acorde a las directrices con las que iniciamos este pequeño proyecto. Hoy tenemos el placer de traer un nuevo invitado a la sección de "el invitado de hoy es..." para que nos hablen de cosas tan interesantes y atractivas como: Suelos vivos, hongos micorrízicos, simbiosis, microorganismos, etc. Así que hoy tengo el placer de presentaros a TROOP Garden, todo un ejército de microorganismos para el cuidado de tus plantas.
Suelos vivos
El suelo es un elemento vivo, el cual está habitado por millones de microorganismos y en el que suceden múltiples procesos biológicos, químicos y físicos y que dan lugar a la vida microbiana. La reproducción y el uso de estos microorganismos para los huertos y jardines es cada vez más frecuente, por los resultados demostrados de su aplicación. Estos ayudan a poner a disposición de las plantas los nutrientes y el agua que necesitan, entre otras fuentes de alimento.
Un ejemplo de estos organismos es el hongo Glomus iranicum var. tenuihypharum, un hongo micorrízico patentado por Symborg con el objetivo de ayudar a las plantas a maximizar sus producciones con menos recursos y cuidando al mismo tiempo el suelo y el medioambiente, que son la base de nuestros productos. Este y otros organismos similares están diseñados específicamente como regeneradores microbianos rizosféricos cuya aplicación incrementa la fertilidad y la actividad biológica.
Un suelo con un ecosistema saludable y equilibrado proporciona el ambiente ideal para la producción de cosechas y disminuye la dependencia de la aplicación de insumos sintéticos o químicos.
A estas alturas no debería haber dudas sobre la función que desempeña el suelo, y no solo porque sea soporte de alimentos y de materias primas, sino también porque constituye un hábitat que alberga cantidad ingente de organismos vivos cuya actividad es fundamental para la recirculación de los nutrientes, el almacenamiento de carbono y el mantenimiento de la biodiversidad del planeta.
¿Cómo se relacionan los microorganismos?
Las plantas interactúan con los microorganismos tanto a nivel de la superficie del suelo como debajo de ella, generando incluso simbiosis con estos. Sigamos con un poco de historia. La simbiosis micorrízica es uno de los fenómenos naturales más antiguos. Se remonta a unos 400 millones de años y es ejemplo de cómo los órganos de nutrición de las plantas, las raíces y cierto grupo de hongos interactúan con el fin de vivir, desarrollarse, evolucionar.
La simbiosis se produce cuando ambos organismos establecen intercambios de sustancias nutritivas, metabolitos esenciales y sustancias hormonales, creando también nuevas estructuras, representando un beneficio mutuo para ambos simbiontes.
En aquel momento, las plantas vivían en el agua y tuvieron que asociarse con este tipo de hongos para adaptarse a la vida en la tierra y poder absorber los nutrientes del suelo. Antes, los hongos formadores de micorrizas eran microorganismos de vida libre, es decir, podían sobrevivir en la rizosfera sin la necesidad de asociarse con una planta.
Cuando empezaron a ayudar a las plantas a sobrevivir en su nuevo estado terrestre, los hongos formadores de micorrizas se convirtieron en hongos dependientes, o lo que es lo mismo, perdieron su condición de vida libre y pasaron a ser simbióticos. Hoy, los hongos formadores de micorrizas necesitan a la planta para desarrollarse.
Las relaciones asociativas se establecen cuando los microorganismos y las plantas establecen relaciones en las que se benefician ambas partes. Este tipo de interacción no da lugar a una estructura nueva, pero sí puede darse que el microorganismo ocupe temporalmente un espacio de la planta.
Los microorganismos de vida libre son los microorganismos que viven en la proximidad de las raíces y tienen la capacidad de cumplir la totalidad de su ciclo de vida de forma totalmente independiente de la planta. Esto significa que no dependen directamente del metabolismo de esta para la obtención de nutrientes. No se ve beneficiada ni perjudicada por la presencia de estas, mientras que la planta sí se ve beneficiada de los efectos del metabolismo de estas poblaciones de microorganismos en la obtención de determinados nutrientes.
Podemos decir que los microorganismos y las plantas establecen interacciones de forma endófita cuando los microorganismos viven en el interior de la planta (en las raíces o en el tejido aéreo) durante todo el ciclo de vida. En este caso, no se crea un órgano especializado para ello como sí ocurre en las interacciones simbióticas.
En la actualidad tenemos una demanda urgente de una producción de alimentos más sostenible, por lo que necesitamos estrategias que reduzcan la dependencia de fertilizantes convencionales, pesticidas sintéticos e incluso el agua.
En TROOP Garden, tenemos claro que en estas estrategias sostenibles los microorganismos beneficiosos, entre los que se encuentran los de vida libre, son imprescindibles, pues ya hemos visto cómo los microorganismos tienen efectos muy positivos en los cultivos.
Hasta aquí el artículo, espero que os haya gustado y sobre todo que a partir de ahora palabras como micorrizas, microorganismos o suelo vivo os resulten más familiares. Desde diario dun neno labrego sólo me queda dar las gracias a Ricardo a a Troop Garden por su amabilidad y por este interesante artículo y por aceptar nuestra invitación. Y también quiero daros las gracias a vosotros y a vosotras por vuestro tiempo.
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