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La asociación de cultivos y sus beneficios 🌻🍆

La asociación de cultivos busca cultivar determinadas hortalizas junto con otras para que se beneficien mutuamente. En una huerta de autoconsumo tampoco tendríamos que hacer nada especial ya que al ser un espacio pequeño en el que cultivamos variedades de plantas de distintas familias: tomates, ajos, cebollas, zanahorias, repollos, calabazas, girasoles, plantas aromáticas, etc. esa asociación está presente en todo momento.  Otra cosa sería en fincas en las que se realizan monocultivos, aunque cada vez más se ve como en estas fincas se plantan diferentes plantas beneficiosas para crear barreras para evitar determinadas plagas o para que actúen para atraer biodiversidad que ayuda a controlarlas así como para aumentar la polinización sobre todo en invernaderos.  La asociación de cultivos viene de muy antiguo. Los primeros en realizarla fueron los chinos y los pueblos indígenas americanos. Estos últimos practicaban una de las asociaciones más antiguas y que hoy en día sigue poniéndose en p

Cómo conservar y organizar nuestras semillas

Las semillas, ese divino tesoro, que no tendría que estar en manos de ninguna empresa y que deberían ser como el pan, de dominio público. Base de la economía agraria de un país y tan necesarias para el desarrollo de cualquier comunidad.

Las semillas, ese divino tesoro, que esconden entre sus entrañas toda la información genética para desarrollar una planta igual que la que produjo ese cofre que guarda vida.

Cualquier amante de la huerta, de las plantas o de la biodiversidad en general, nos gusta recoger y conservar nuestras propias semillas. Anuales, Bienales o Vivaces. En estos tres grandes grupos podemos englobar nuestras semillas. Las primeras germinan, crecen y florecen en el mismo año, como es el caso de la lechuga, por poner un ejemplo, y es que en este grupo nos encontramos la mayor parte de las hortalizas que no llevan bien las temperaturas frías.

En el segundo grupo nos encontramos plantas un poco más resistes, o por lo menos en algún momento de su existencia desarrollan una cierta resistencia a las bajas temperaturas y por lo tanto necesitan de un ciclo más largo para llegar a dar fruto. en este grupo nos encontramos por ejemplo con zanahorias o cebollas.

Y por último están las vivaces, aquí nos encontramos plantas que viven varios años, adaptando sus condiciones de supervivencia a las variaciones estacionales. Un claro ejemplo son los árboles de hoja caduca, a los que les cae la hoja para pasar en un estadio de letargo la estación invernal o algunas plantas que pierden la parte aérea para conservar sólo el bulbo o rizoma, esperando pacientemente a que las condiciones de temperatura sean las más adecuadas para regenerar sus hojas.

A estas alturas del post, a lo mejor, ya te estarás preguntando ¿por qué recoger uno mismo nuestras propias semillas? si es mucho más fácil ir al mercado o a la tienda especializada de turno y comprar un sobre de: tomates, pimientos, berenjenas, lechugas, cebollas y un largo etc. para sembrar temporada tras temporada.

Bien !!! pues la respuesta es sencilla. La biodiversidad. Sí una palabra que suena muy elocuente pero que engloba un concepto muy sencillo "mantener lo autóctono". Pero vayamos por partes.

Lo primero a tener en cuenta es que muchas  de las semillas que encontramos en el mercado son semillas híbridas. Éstas están controladas por grandes empresas, por lo que tendrás que comprar semillas todos los años si quieres tener plantas nuevas. Además estas semillas serán mucho más exigentes en cuanto a riego y a abono. Si darán fruto, y sí será un fruto comestible y también estará bueno no te lo discuto. Pero de ese fruto no podrás recolectar semillas porque esas semillas no germinarán.

Otro punto, no menos importante, es que las especies de tu zona irán desapareciendo poco a poco ya que al final no se comercializarán y no se intercambiarán, porque se busca la alta producción y esos híbridos comprados en el súper nos proporcionan "rendimiento a bajo coste". Pero siento decirte que nos equivocamos rotundamente. Las semillas híbridas son más caras, son más productivas sí pero a costa de "expoliar" el suelo de nuestro huerto ya que necesitan más nutrientes para crecer vigorosas. Y además perderemos parte de nuestras semillas autóctonas.

Pero si aún no lo tienes claro te haré un par de apuntes más.

Si recolectamos y cosechamos nuestras propias semillas estaremos, casi sin darnos cuenta, conservando parte de nuestra diversidad hortícola. Además de que nuestras plantas se adaptarán con el paso del tiempo a nuestras condiciones climáticas, por lo que se harán mucho más resistentes a plagas y enfermedades y serán menos exigentes con nuestro suelo.

Pero no sólo eso, si no que con la conservación de estas semillas haremos, no uno, si no cientos de pequeños bancos de semillas que ayudarán a que no desaparezcan variedades de tomates o pimientos o lechugas que de otra manera tendrían sus días contados.

Nosotros recolectamos nuestras propias semillas: calabaza, lechuga, tomate, tagetes, judías..... son algunas de las que engrosan nuestra pequeña colección. Y otras se incorporan a ella con el intercambio con otros aficionados.

Conservarlas en un lugar fresco, seco y oscuro es importante si queremos que no pierdan su poder germinativo. Pero tendremos que estudiar y averiguar cuales podemos guardar durante años o cuales tenemos que sembrar temporada tras temporada para seguir recolectando porque si no perderán su energía, por decirlo así, y no germinarán o no lo harán con el vigor que queremos.

En la naturaleza nos encontramos con semillas que pueden esperar años a que las condiciones climáticas sean las adecuadas, otras aguantan temperaturas extremas y períodos largos de sequía hasta que llegan las condiciones propicias para germinar con esplendor y cambiar así un tono ocre y desértico en una pradera verde y llena de vida.

Espero que con este pequeño post por lo menos te haya tocado algún punto para que reflexiones sobre el tema de recolectar tus semillas y no sólo recolectarlas y conservarlas si no intercambiarlas con otras personas y favorecer así el que no desaparezcan hortalizas que ya cultivaban nuestros abuelos y abuelas y que al final están tan ricas o más que las que podemos ver en las fotos de los sobres la tienda del barrio.

En el siguiente vídeo podéis ver cómo hacer un organizador de semillas y tenerlas perfectamente ordenadas y poder así realizar nuestro propio banco de semillas.



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Comentarios

  1. Una pregunta, yo he sembrado semillas de tomates y pimientos comprados en el mercado y décadas por mi, han nacido las plantas, pero han sido estériles, como saber donde comprar productos que tengan semillas fértiles?
    Muchas gracias.
    Marié.

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    1. Te envié un correo electrónico pero también te contesto aquí. Lo mejor es conseguir semillas de plantas que no procedan de semillas híbridas y las que compras en el supermercado, en su mayor parte, lo son. Si consigues un tomate de alguna persona que cultive sus propias semillas mejor que mejor. Un saludo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Al final con los años terminas teniendo una variedad local, que no es ni mas ni menos que unas plantas que geneticamente se han acoplado perfectamente a tu clima y a las condiciones de tu lugar. La planta transmite geneticamente a traves de la semilla esa resistencia. Por eso terminas teniendo una variedad que año tras años se ha ido mejorando y aprendiendo de las condiciones de el microclima y las condiciones de tu zona.
    Un abrazo y a guardar semillas!

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    1. Yo tengo semillas de lechuga que guardamos año tras año y está muy adaptada y se da muy bien y muy sana. Un saludo.

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