En el post de hoy, vamos
a seguir con la serie de artículos dedicados a los insectos que pueden
ayudarnos en nuestra huerta. Porque como ya hemos comentado en alguna ocasión
no todos los insectos que pueden visitar nuestras hortalizas son seres non
gratos. Y sí son muchos los que nos pueden aportar múltiples beneficios a la
hora de luchar contra plagas que sí son dañinas para nuestros intereses.
En artículos anteriores hablamos de las mariquitas o de las abejas. Las primeras, como unas devoradoras de
pulgones, como seguramente no hay otra. Y las segundas, como principal insecto
polinizador.
Hoy es el turno de quizás uno de los más bellos. En esta ocasión
hablaremos de la libélula.
Seguro que son muchos los
nombres que se nos vienen a la cabeza, y en cada lugar recibirá uno distinto.
Pero lo que sí es común es que es inspiradora de cuentos y leyendas. Y que son muchas las civilizaciones que la
consideran como fuente de buena suerte.
Pero también encontraremos culturas en las que el simbolismo es todo lo
contrario.
Pero como lo que a
nosotros nos importa es el beneficio que,
como insecto, puede aportar a nuestra huerta. Dejaremos a un lado leyendas e
historias mágicas y nos centraremos en su faceta "alimenticia".
Podemos encontrar
libélulas tanto en corrientes de agua, como ríos o pequeños riachuelos. Como en aguas estancadas
entre las que podríamos destacar charcas o lagos. Es importante que tengan abundante vegetación ya que eso
favorece la puesta de huevos y ayuda a la supervivencia de la primera fase, la
larvaria.
Las libélulas son
paleópteros, insectos que no pueden plegar las alas sobre su abdomen. La mayor parte de su vida la pasan como
larvas viviendo en el agua y alimentándose de invertebrados, principalmente, o
de vertebrados como los renacuajos. Esta fase, es sumamente importante para el
control de determinados insectos como los mosquitos, que ponen sus huevos en el
agua o en zonas cercanas a ésta.
Pero no sólo en su fase
larvaria es beneficiosa para el hortelano sino que también en su fase adulta,
cuando ya puede volar y respirar fuera del agua, cuando su rapidez se convierte
en su principal virtud como insecto depredador.
Entre su menú podríamos
encontrar polillas, por lo que mantendríamos controlada su población y evitaríamos que estas comiesen las hojas de nuestros árboles frutales. También orugas, mosquitos, moscas, y entre estas últimas estaría por ejemplo la mosca blanca del tomate. En resumen, cualquier insecto
volador que no la supere en tamaño podría convertirse en su fuente de alimento.
Supongo que a estas
alturas ya os estaréis preguntando como atraer las libélulas a vuestra huerta. Pues vayamos por partes:
Lo primero es intentar
recrear su hábitat y está claro que el ingrediente principal es el agua y la mejor
forma de tener agua en nuestra huerta es hacer un pequeño estanque.
El segundo paso es dotar
a nuestro estanque de vida . Tiene que
estar limpio pero no muerto.
Una vez que tenemos el
estanque lleno de agua tendremos que introducir las plantas y éstas tendrán que
ser tanto acuáticas como de superficie. Las primeras servirán para oxigenar el
agua además de proporcionar refugio a las libélulas en su estado larvario Y las
otras como zona de descanso y de sombra para cuando nuestros pequeños seres ya
pueden volar y desarrollan su vida fuera del agua .
Es importante que el
estanque tenga una buena exposición
solar. Y que esté lo más
lleno de vida posible y así conseguiremos acercarnos al hábitat natural de las
libélulas.
Puedes plantar flores,
por ejemplo, que atraerán insectos, y éstos, como parte principal de su dieta actuarán como un atractivo reclamo.
Nosotros ya hemos puesto todo nuestro esfuerzo y empeño en crear un hogar para nuestras invitadas. Ahora sólo queda confiar en que
nuestro pequeño hábitat sea del agrado de alguna libélula hembra que decida
establecer su residencia en él y deposite sus huevos en el agua de nuestro
estanque.
Si todo va bien, y nos encargamos de que el agua se mantenga en buen
estado, podremos disfrutar de un buen
número de ninfas. que con el paso del tiempo se convertirán en unas bellas libélulas, que no sólo te ayudarán en el control de plagas de tus hortalizas sino que además podrás observarlas, como hacía yo de niño cuando nos juntábamos los más pequeños de la aldea cerca del río a hablar y a jugar durante las calurosas tardes de verano. Pero esos eran otros tiempos y esa otra historia.
Gran articulo ;) y grandes bichos!!
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